viernes, 7 de septiembre de 2018

C2. BREVE HISTORIA DE ESTRASBURGO

El nombre de Estrasburgo es la adaptación al idioma español del alemán escrito Straßburg o también Strassburg, este a su vez directamente de Strateburgum, nombre franco latinizado según las crónicas de Gregorio de Tours, con el que los francos merovíngios bautizaron a la ciudad tras su reconstrucción en tiempos de Clodoveo I, hacia el 500, significando literalmente "el burgo del camino".Durante la Edad Media, obras cartográficas y otros textos difundieron la denominación germánica latinizada en sus distintas variantes Strateburgis, Stradburgo Strasburgensis o Straceburgensis, al mismo tiempo que pervivían los derivados de la antigua denominación latina: Argentoratum, Argentina, Argentum, Argentaria o Argentoria.


Argentoratum era pues como se conoció a la civites surgida del campo militar romano que es tomado como referencia oficial para la fundación de la ciudad en el año 12 a. C. Entre las diversas hipótesis sobre el origen de este topónimo, Émile Linckenheld concluye que el nombre, compuesto de la raíz arganta/argento y por rate, significa literalmente "Recinto en el Argenta", admitiendo la hipótesis de que "Argenta" designa al río Ill. En apoyo de esta hipótesis se refiere a la existencia de "Argentovaria", nombre de la ciudad de Horbourg, también situada en la ribera del río Ill y que la carta Tabula Peutingeriana, realizada hacia el siglo IV, situaba a proximidad de Colmar. Por su parte, "arganta/argento", con el significado de "plata" o "reluciente", entra en numerosos topónimos alusivos a las corrientes de agua, mientras que "rate", estudiado por Arbois de Jubainville, deriva a su vez de "ratis", un lugar rodeado de un vallum de tierra. La Enciclopedia Bonarot por su parte, plantea otra versión y se refiere al origen de Argentoratum como latinización de Argentorate, nombre celta del asentamiento existente antes de la llegada del ejército romano.

Según una leyenda, Estrasburgo fue fundada en la antigüedad por Trebeta, hijo de la legendaria Semíramis de Babilonia, aunque las investigaciones arqueológicas han señalado sin embargo el origen romano de Estrasburgo fechando oficialmente la fundación de la ciudad en el año 12 a. C. por el general Druso el Mayor a partir de un Castrum, o campamento para las legiones, bautizado con el nombre de Argentoratum. El centro militar se convertiría en centro administrativo y económico de la región hacia el siglo III y sede de un obispado cristiano a partir del siglo IV. A pesar de ser derrotados en la batalla de Argentoratum en el 357, los alamanes ocuparon el área de Estrasburgo desde el 406 siendo posteriormente destruida durante la invasión de los hunos liderados por Atila en el 451. Hacia el 500, fue reconstruida por los francos merovingios de Clodoveo I que la bautizan como Strateburgus, reinstaurando el obispado que durante el reinado carolingio vio reforzada su influencia y poder. La alianza entre los herederos del imperio carolingio representada en el 842 con los Juramentos de Estrasburgo, desembocó en el reparto del imperio por el Tratado de Verdún de 843 y en el que la ciudad de Estrasburgo fue asignada al reino de Lotaringia, integrado más tarde en el reino de Germania, abriendo el periodo de influencia del ámbito germánico en el que se desarrolló la ciudad hasta la anexión francesa en el siglo XVII.

Desde el 982 el emperador Otón II concede al obispo de Estrasburgo la total autoridad sobre el conjunto de la ciudad y sus arrabales, que se convierte en el señor feudal de la ciudad. El obispo Wernher decide en el 1015 reconstruir un nuevo edificio de grandes dimensiones, que será el precursor de la Catedral de Notre-Dame de Estrasburgo. Durante el siglo XII la prosperidad y creciente influencia de los burgueses aumenta la voluntad de mayor autonomía y la contestación del poder episcopal. A partir del 1225, el poder del obispo de Estrasburgo deviene preponderante en la región de Alsacia al apoderarse de una parte de las posesiones de la familia de los condes de Eguisheim, pero en el 1254, los burgueses recuperan el control del consejo y declaran la unión de Estrasburgo a la Liga del Rin. La oposición política entre burgueses y el obispo tornaría en enfrentamiento armado tras la investidura en el 1260 del obispo Walther de Geroldseck, cuando el 8 de marzo de 1262 es derrotado en la batalla de Hausbergen. Estrasburgo evoluciona entonces de ciudad en señorío feudal a ciudad libre del Imperio, rango que la equipara en privilegios a otras ciudades o principados, como el del duque de Baviera o los de los príncipes electores.

En 1681 se completó la anexión de Estrasburgo y toda Alsacia a la corona de Francia por las tropas del rey Luis XIV. Tras la Guerra Franco-prusiana, Alsacia fue incorporada al Imperio Alemán, conservando ese estatus hasta el final de la Primera Guerra Mundial. Estrasburgo conoció durante ese periodo un amplio desarrollo urbanístico y cultural. Durante la Primera Guerra Mundial la línea del frente se encontró alejada de Estraburgo. Tras el armisticio y la Revolución de Noviembre que llevó a la formación entre el 8 y el 21 de noviembre de 1918 de un soviet para el gobierno de la ciudad, Estrasburgo retornaría a la soberanía francesa a partir del 22 de noviembre de 1918.

El 19 de junio de 1940 las tropas hitlerianas entraron en la ciudad evacuada que sería anexionada como capital de Alsacia al Tercer Reich para integrarse en el Gau Elsass-Baden. Robert Ernst, un propagandista pangermanista, nombrado gobernador de la ciudad y el Gauleiter Robert Wagner aplican las políticas nazis antisemitas destruyendo la sinagoga consistorial de Estrasburgo que había sido una de las más grandes de Europa y de exclusión contra la población de origen no germánico. A partir de 1942 se decide la incorporación masiva y forzada de jóvenes en la Wehrmacht dando origen al episodio de los Malgré Nous. En el Instituto Anatómico, el doctor SS August Hirt realiza experimentos criminales con prisioneros del campo de Struthof-Naztweiler. A partir de 1943 la ciudad sufre los bombardeos de la aviación aliada, como el del 11 de agosto de 1944 que afectó gravemente a algunos edificios del centro histórico.

El 13 de noviembre de 1944, la 2.ª división blindada del general Lecrerc se lanzó rápidamente hacia Estrasburgo a través de una brecha abierta en el frente liberando la ciudad en la mañana del día 23 de noviembre de 1944, aunque se pudo desaprovechar una oportunidad poner fin a la guerra en el frente occidental.

Tras el fin de la guerra, Estrasburgo se convirtió en símbolo de la reconciliación francoalemana y por extensión, europea, al ser elegida sede del Consejo de Europa en 1946. Posteriormente, el desarrollo de la Unión Europea contribuyó a afianzar el carácter institucional internacional de la ciudad, a imagen de ciudades como Ginebra o Nueva York, al asignársele, sin ser capital de estado, la sede de importantes organismos relacionados con el proyecto de construcción europeo, como el Parlamento Europeo. Durante los años 1960 y 1970, la ciudad experimentó una fuerte expansión demográfica impulsada por el progreso económico favorecido por su tradicional posición estratégica de comunicaciones en el corazón de Europa, que la llevó a extender su influencia incluso en áreas vecinas de Alemania como la ciudad de Kehl, integrada en la Comunidad Urbana de Estrasburgo o CUS, pero también a generar como en otras grandes ciudades de Francia, barrios con elevadas tasas de ocupación de población desfavorecida, generalmente de origen inmigrante. En el terreno cultural, desde los años 1960 Estrasburgo se convirtió en la capital del renacimiento de la cultura regional con el impulso del uso del idioma alsaciano en los ámbitos del teatro, la televisión local o su empleo por figuras relevantes. En paralelo, desde las instituciones de la ciudad se promovió entre los ciudadanos el conocimiento del alemán, siendo desde 1992 centro de las emisiones de la cadena de televisión bilingüe Arte.

A partir de los años 1990, la ciudad promovió la realización de importantes estructuras de mejora de la red de servicios de transporte urbano, y desde principios del siglo XXI, en la ampliación de la red de conexión nacional mediante la construcción de las líneas TGV para su conexión con París y la región del Ródano, hacia el Mediterráneo.

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