1. Colmar
2. Guebwiller
3. Rouffach
4. Eguisheim
5. Turckheim
6. Niedermorschwihr
7. Kaysersberg
8. Riquewihr
9. Hunawihr
10. Ribeauvillé
11. Bergheim
12. Thannenkirch
13. Saint-Hippolyte
14. Castillo de Haut Koenigsbourg
15. Sélestat
16. Albé
17. Mittelbergheim
18. Barr
19. Gertwiller
20. Obernai
21. Estrasburgo (Visita aparte)
22. Saverne
23. Hunspach
24. Wissembourg
COLMAR
Pintoresca, atractiva, cercana a los pueblos vinícolas más hermosos, Colmar suscita el entusiasmo.
Todas y cada una de las calles de esta ciudad parecen de cuento. A cada paso que daba me iba sorprendiendo cualquier rincón inesperado. Cada pequeño detalle era aún más sorprendente que el anterior. Hasta que voilà!! Llegas a la Petit Venice el lugar más “top”del viaje y de repente Colmar te conquista por completo.
Situada a equidistancia entre Estrasburgo y Mulhouse-Basilea, entre los Vosgos y el Rin, Colmar es el perfecto resumen de Alsacia. Capital de los vinos de Alsacia, figura como ciudad de arte e historia entre los municipios más agradables y más visitados de Alsacia. Moldeada por un pasado prestigioso e impregnada de cultura, la ciudad ha sabido preservar su patrimonio arquitectónico, sin dejar de conservar una dimensión humana y acogedora. Colmar debe su fama a su casco histórico, al barrio de la Petite Venise y al célebre Museo de Unterlinden, que acoge el Retablo de Isenheim de Matthias Grünewald.
Se debe comenzar yendo a la oficina de Turismo. Allí podéis pedir un mapa de ciudad con un itinerario marcado y un mapa con recomendaciones sobre qué pueblos visitar en Alsacia. También organizan dos visitas guiadas. La primera es a las 11 de la mañana y se visita el centro histórico de la ciudad y la segunda es a las 21.45 y se visita el centro histórico de noche. Ambas visitas cuestan 4€ y solo se hacen en francés o alemán.
El centro histórico es bastante grande y tiene muchos puntos de interés para visitar así que como mínimo tendréis que dedicarle medio día. Empezamos la ruta en la oficina de turismo (que tiene wifigratis). De allí fuimos hasta la plaza de los Mártires de la resistencia donde iniciamos nuestra ruta que siguió hasta la iglesia protestante de San Mateo. En el cercano y bonito barrio de los curtidores decidimos parar a comer en una taberna típica, en la Brasserie des Tanneurs. Allí pedimos uno de los platos típicos de la zona, el choucroute acompañado con cuatro carnes (9,90€, plato del día) y una torta alsaciana (15,90€).
Se pueden hacer paseos en barca por los canales (6€, treinta minutos).
GUEBWILLER
La ciudad vitícola de Guebwiller, situada a orillas del río, posee una iglesias muy bellas. Guebwiller a veces se llama la "Ciudad de las 3 iglesias":
- La iglesia de Saint-Léger: En estilo románico tardío, que fue construido en piedra arenisca de color rosa Vosgos 1182-1235.
- El antiguo convento de los dominicos: Construido en el siglo XIV por la arquitectura típica de las órdenes mendicantes. (La nave de la iglesia gótica es famoso por su acústica, uno de los mejores de Europa).
- La iglesia de Notre-Dame y el barrio canónica: (1759), el religioso Murbach obtener la transferencia de su abadía en Guebwiller.
ROUFFACH
En Rouffach, la antigua capital del Alto Mundat entramos en una rica y singular historia de Alsacia. Los romanos, los merovingios, los caballeros de la Orden Teutónica, los príncipes-obispos de Estrasburgo, las diversas comunidades religiosas y los actores han renacentistas, con el tiempo, forma y marcó la evolución de Rouffach cuyos encantos actualmente se conservan por la política, particularmente dinámico, la valorización del patrimonio.
La Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, una hija digna de la catedral de Estrasburgo sigue siendo una de las joyas del arte románico-gótica. Castillo Isenbourg, construido por los merovingios, con vistas a la ciudad de colinas flanco dando Rouffach un elemento clave de su identidad patrimonio. Los numerosos monumentos y casas renacentistas cuya típica debido a sus frontones famosos, y la famosa torre de las brujas, completa Rouffach para hacer una ciudad romántica carácter único.
EGUISHEIM
Considerado como uno de los pueblos más bonitos de Francia fue todo una sorpresa para nosotros. En el programa televisivo del canal France 2, Eguisheim fue elegido el pueblo preferido de los franceses en 2013.
Además de tener las típicas casas coloridas tan características de toda esta región, este pueblo tiene una característica muy curiosa y es que el pueblo es circular. La plaza del pueblo está en el centro, pero luego todas las calles de alrededor giran en torno a esta plaza. Es curioso porque caminado por el pueblo parece que te estás adentrando en una especie de laberinto circular (tranquilo, que es fácil salir del laberinto ). El pueblo es pequeño, pero muy coqueto. Te recomiendo que pasees por la Rue du Rempart hasta llegar a la Place du Château y a la iglesia.
Para hacer la visita podéis seguir unas señales que os orientarán en el orden de la visita propuesta. También encontraréis en las paredes unos carteles que os darán más información (en inglés, francés y alemán), como por ejemplo que las casas no se empezaron a pintar de colores hasta finales del siglo XX.
En Eguisheim se puede aprovechar para cenar otro de los platos típicos de la zona, las tartes flambées o las pizzas alsacianas (7,40€) en la terraza del pequeño restaurante Le Dagsbourg.
TURCKHEIM
Es uno de los pueblos más pequeños de todos los que visitamos pero nos pareció que merecía la pena una parada en él, aunque sea pequeña. Una vez aparcado el coche atravesamos la Puerta de Francia, una de las tres puertas de la ciudad, para llegar a la plaza principal del pueblo, la Plaza Turenne. Luego puedes ir dando un paseo por la calle principal, la Grand Rue, hasta llegar a otra de las antiguas puertas del pueblo. Nosotros, por ejemplo, llegamos hasta la Puerta de Munster.Su pequeño centro tiene también las típicas casas pintadas de colores con entramados de madera y calles adoquinadas. Así que os recomendamos una parada en esta población durante la ruta del vino de Alsacia.
Por cierto, durante los meses de estío (de mayo a octubre) a las diez de la noche los hombres del reloj inician la ronda entonando antiguas baladas y son seguidos por gentes del lugar y turistas. A tener en cuenta si visitáis el pueblo a esa hora.
NIEDERMORSCHWIHR
Siguiendo en Alto Rin, es una ciudad entre viñedos pequeña pero encantadora.
KAYSERSBERG
Otra de las joyas de la corona es Kaysersberg, un pueblo medieval de cuento, bañado por el río Weiss, con un montón de casitas pintorescas típicas de la zona con entramados de madera, situadas en preciosas calles estrechas y adoquinadas. La villa medieval de Kaysersberg se encuentra situada entre montañas y viñedos. Además de ser uno de los que aparecen siempre en todas las listas de pueblos más bonitos de Alsacia, fue
elegido en junio de 2017 como el “pueblo favorito de los franceses“. La verdad es que las casas parecen que no son reales, parecen de chocolate, o sacadas directamente de Hansel y Gretel.
Aparca el coche en la entrada y camina sin rumbo por el pueblo hasta llegar a la Place Jean Ittel, justo al lado de la iglesia. Allí encontrarás uno de los lugares más fotogénicos del pueblo. Continúa tu paseo cruzando los distintos puentes que hay y déjate llevar por el pueblo, sin mapa, e intenta descubrir rincones chulos. Como dato curioso, comentar que en esta localidad nació el Premio Nobel de la Paz Albert Schweitzer, que fue el primer médico que estableció un hospital en África.
Se puede comprar y catar otra de las delicias de la gastronomía alsaciana: el pain d’espices. En la tienda Fortwencer una bolsa de estas galletas especiadas por 2,60€.
Se puede aprovechar para comer otros platos típicos de la ciudad en la terraza junto al río del restaurante Le Kaysersberg (Rue des Potiers, 2). Pedimos un Baeckeoffa (17€) y un gratín de queso Munster (13,50€).
RIQUEWIHR
Otro de los pueblos más bonitos de Alsacia es Riquewihr.
Riquewihr tiene poquísimos habitantes, pero muchísima belleza en cada ángulo: casas de fachadas entramadas, colorido, techos de tejados que cuentan siglos, flores en verano, nieve en invierno. En idioma alsaciano se llama Reichenweier, y es por mérito que se explica solo, uno más de la lista de Les plus beaux villages de France
La visita al pueblo comienza atravesando el Ayuntamiento (Hôtel de Ville) y continuando por la pintoresca calle principal hasta la torre Dolder. Una vez allí y sacado la foto de rigor te recomiendo que callejees por las callejuelas que parten de la calle principal porque siempre te encontrarás alguna monada que otra por allí.
HUNAWIHR
Se encuentra en el departamento de Haut-Rhin, rodeado de viñedos en la ladera de un valle estrecho y tanto desde la campiña, como caminando el propio pueblo, el encanto es innegable .
Si bien es un pueblo pequeño, en Hunawihr se destaca la iglesia fortificada St. Jacques-le-Majeur, construida en el siglo XIV. Está situada en una pequeña colina y resguardada por murallas junto al cementerio. Es una ciudad ideal para incluir en una ruta del vino por Alsacia, un recorrido para hacer en coche hilvanando algunos de los pueblos más bonitos de Francia.
RIBEAUVILLÉ
Ribeavillé es uno de los pueblos más importantes de Alsacia. La verdad es que tengo que reconocer que al habernos dicho que era uno de los pueblos más grandes nos esperábamos otro pequeño Colmar y no fue así. Aún así es uno de los pueblos más turísticos de Alsacia y uno de los “must” de la zona. Da un paseo por toda la calle principal callejeando entre sus calles aledañas hasta llegar a la Place de la Sinn, la plaza más bonita del pueblo y continua tu paseo hasta la Torre de Bouchers. Como ves todos los pueblos tienen en común casas coloridas, suelo adoquinado, una coqueta plaza principal, la iglesia y en algunos aún quedan torres que demuestran que antiguamente ese pueblo estuvo fortificado. Los edificios que más destacan son el ayuntamiento (del siglo XVIII), la Maison des Ménétriers y la gran sala de almacenamiento del grano.
Muy cerca también hay hermosos castillos por recorrer, como los de Ulrichsburg, Girsberg y Hohrappoltstein.
BERGHEIM
Un hermoso ejemplo de ciudad fortificada con el sello de Alsacia, entre murallas y edificios históricos de gran valor patrimonial.
THANNENKIRCH
Thannenkirch es un pequeño pueblo muy diferente al resto de los que vimos en Alsacia.
Se encuentra situado bajo el Macizo del Taecnnchel y está rodeado por un manto verde de campos y bosques. Está clasificado como “zona de tranquilidad y silencio”. Es un popular destino de vacaciones en Alsacia para los que buscan un lugar tranquilo en contacto con la naturaleza.
Lo mejor aquí es callejear en busca de las 9 fuentes que se encuentran en Thannenkirch, muchas de ellas decoradas con esculturas de madera realizadas por el escultor local André Bosshardt. Y disfrutar de la tranquilidad y las vistas de este encantador pueblo de montaña.
SAINT-HIPPOLYTE
Hablar de Saint-Hippolyte es hablar de Lorena. Durante casi 700 años, el municipio formó parte de la hoy región vecina.
Gracias a los duques de Lorena se produjo la importación del Pinot Noir de Borgoña en el año 1000. Esta uva está en el origen de la creación del nombre “Rouge de Saint-Hippolyte/ Tinto de Saint Hippolyte“, famoso durante siglos, ya cantado por el poeta humanista Jean Fischart de Estrasburgo (1548-1591): “Roter von Sankt Pilt, O wie mild! (“Tinto de Saint-Hippolyte, oh tan dulce”).Casas pintorescas, interesante Historia, calles por las que perderse.
Un ilustre abad de Saint-Denis, Fulrade, construyó un monasterio en las tierras que poseía su padre y trajo de Roma las reliquias de San Hipólito en 750. Estas reliquias fueron veneradas y se formó una pequeña ciudad alrededor del monasterio que pronto se llamó Saint-Hippolyte [en alemán Sanct Pilt o Sankt Pilt].
Los duques de Lorena, primeros protectores, se convirtieron rápidamente en señores y permanecieron en Saint-Hippolyte hasta la muerte del último duque en febrero de 1766. En total, ¡casi 700 años!. A partir de entonces, tanto el pueblo como el Ducado de Lorena pasaron a manos francesas.
Los asedios, los incendios, el saqueo, la destrucción y las epidemias que devastaron Saint-Hippolyte a lo largo de los siglos no impidieron que volviera a poblarse y florecer de nuevo.
Iglesia de Saint-Hippolyte
La actual iglesia de Saint-Hippolyte data del siglo XIV. El anterior monasterio fue quemado en 1287 en uno de los ataques que sufrió el municipio. El coro y parte de la nave datan de los siglos XIV, XV y XVI y el órgano Silbermann es de 1734.
Deberás ir al coro de la iglesia para descubrir la urna de 1766 en la que se depositaron las reliquias de Saint-Hippolyte. La urna original está expuesta en el museo Unterlinden de Colmar.
En 1819, la ciudad de Saint-Hippolyte decidió ampliar la iglesia hacia el oeste. El resultado es el que vemos actualmente.
Como curiosidad histórica, el coro de la iglesia fue golpeado por un proyectil estadounidense en Noviembre de 1944. Las ventanas del coro fueron completamente destruidas y restauradas en 1947.
CASTILLO DE HAUT KOENIGSBOURG
El Castillo de Haut-Koenigsbourg es uno de los monumentos más visitados de Francia y resume a la perfección lo que fue esta parte de Europa durante sus más de nueve siglos de existencia (se construyó en el siglo XII). Es una de las mejores construcciones militares medievales de Europa y su estado de conservación es brutal pese a que fue atacado e incendiado en varias ocasiones.
SÉLESTAT
En el centro de Alsacia, Sélestat se encuentra en los márgenes del río Ill. También hay muy cerca un castillo (Haut-Koenigsbourg) con vistas imperdibles hacia el entorno y la propia ciudad.
ALBÉ
Albé está al margen del río Giessen, y es muy pequeño, apenas con unos 500 habitantes. Sin embargo conserva la esencia de la región, la tranquilidad, el encanto, y algunos edificios históricos convertidos en museos.
MITTELBERGHEIM
Es uno de los pequeños “secretos” a apuntar, un pueblo en el Bajo Rin al pie de una colina, que está también integrado a les plus beaux villages de France.
BARR
Barr es un pueblo pintoresco que se encuentra situado al pie del Monte Sainte-Odile. Está rodeado de viñedos, ya que es otro de los pueblos vitivinícolas.
Destaca su bonita Plaza de L’Hotel de Ville que se encuentra elevada con su fuente renacentista.
GERTWILLER
Muy cerca de Barr encontrarás Gertwiller. Conocido como la capital del “pain d’épices” o pan de jengibre, esas galletas con forma humana tan típicas de la navidad en Francia. Es un pueblo pequeño, con unas cuantas bodegas, como todos los de la zona
Lo recorrerás en poco tiempo, pero no puedes perderte el Museo del Pain d’épices que se encuentra en una casa que parece sacada directamente del cuento de Hansel y Gretel.
OBERNAI
A visitar la fuente de San Odile, la plaza del Mercado, la iglesia de San Pedro y San Pablo y la fortificación.
Y sobre todo la abadía del Mont Sainte-Odile.
SAVERNE
Palacio de los Rohan, el principal testigo del rico pasado de la ciudad, recuerda los buenos tiempos cuando el obispo de Estrasburgo Saverne hizo su residencia episcopal. Situado en el castillo de Rohan, el museo arqueológico presenta una rica colección de restos romanos descubiertos en las cimas de los alrededores. Las colecciones del museo de arte e historia rellenar este formulario y Louise Weiss museo ayuda a comprender los inicios de la construcción europea.
Cerca del castillo, la iglesia de Nuestra Señora de la Natividad con su puerta de entrada imponente del siglo 12, contiene un púlpito del 1495, la obra de Hans Hammer.
HUNSPACH
Ya acercándonos a la frontera con Alemania, Hunspach es un pequeño y pintoresco poblado cerca del Parque Natural Vosges du Nord, también con el sello de las villas más bellas de Francia.
WISSEMBOURG
El final de recorrido es para Wissembourg, en el Bajo Rin. Una ciudad que creció sobre todo en los siglos XII y XIII en torno a una abadía y en un punto estratégico del comercio.
Consejos para visitar los pueblos más bonitos de Alsacia
- Los pueblos están muy cerca unos de otros, y salvo Colmar, los demás son pueblos pequeños, por lo que puedes ver varios en un día. Aunque cada uno tiene su encanto, son bastante parecidos entre sí. Por lo tanto, no considero que sea imprescindible verlos todos. Si no tienes tiempo suficiente escoge un par de ellos o tres y disfrútalos a fondo. Lo que si que considero imprescindible es visitar Colmar. Eso es indiscutible.
- Todos los pueblos tienen aparcamiento en la entrada del pueblo, suelen ser de pago. El precio normal es de unos 2 euros, dos horas.
- Durante el recorrido por estos pueblos de la ruta del vino verás un montón de viñedos. Si quieres hacer alguna cata de vino o degustar el vino alsaciano en alguna bodega no tendrás problema en encontrar alguna. En cada pueblo antes mencionado puedes ver varias de la que vas paseando por el pueblo.
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